

Adrián Álvarez Merlo
Adrián es un chico solitario. A pesar de no llevarse mal con nadie, tampoco tiene unos lazos muy fuertes con sus compañeros de clase.
Ficha de alumno
Nombre: Adrián
Apellidos: Álvarez Merlo
Año de ingreso en el centro: 2015
Edad: 15
Fecha de nacimiento: 12/06/03
Nombre del padre: José Álvarez de la Cruz
Profesión: Amo de casa
Nombre de la madre: Lucía Merlo Salvador
Profesión: Ingeniera mecánica
Número de hermanos: 0
Otros miembros del hogar familiar: 0
Datos médicos y/o psicológicos: Se siente solo y no cree que pueda conocer a alguien que merezca la pena.
Observaciones: Le gustan los videojuegos retro, los cómics americanos y tiene una vasta colección de figuras.
Historia
¿Desde cuándo me siento así?
Solo.
Completamente solo.
No recuerdo mucho de cuando era un niño pequeño, solo que mis padres no eran demasiado cariñosos conmigo y siempre terminaba jugando solo en mi habitación, intentando no molestar. A veces me quejaba y lloraba y ellos se enfadaban porque no sabían por qué lo hacía. Supongo que ya por aquel entonces me sentía apartado de los demás, aunque tampoco es que lo sepa, no me acuerdo.
Lo que sí recuerdo es ver una película de Marvel en el cine. Tendría unos ocho años y la peli del Capitán me dejó tan con la boca abierta que pedí volver a verla millones de veces hasta que mi padre me calló de un alarido. No sé si se sentiría culpable o vería la oportunidad de encontrar algo que me callase durante mucho raro, pero la cosa es que me compró una play station 3 con el juego del Capitán América y varios cómics del mismo. Me dijo que serían mis regalos de Navidad, aunque todavía fuese verano.
Esos regalos me cambiaron la vida. ¡De verdad! Me aficioné a Marvel y a los videojuegos y gracias a eso empecé a hacer amigos por Internet. Me adentré en ese mundillo y aprendí sobre juegos antiguos —que me chiflan— y sobre un montón de cosas que ni sabía que existían. Sí, vale, a muchos juegos no los he jugado porque no sé inglés, no me gusta y me da pereza aprender, pero aún así he jugado a cosas tan originales como los Final Fantasy o los Dragon Quest, y jugar en cooperativo a juegos shooter está tan bien como darle caña a un Resident Evil de PSX.
El problema de esto es que, en la vida real, en mi vida real, nadie entiende nada. A ellos todo eso le suena a chino. A todos les gusta el estúpido deporte y salir a jugar y los que no, es porque son de los que prefieren ir de mayores, fumando, bebiendo y vete a saber qué más. ¿Por qué nadie entiende lo maravillosos que son los videojuegos o lo entretenidos que son los cómics? Bueno, sí, alguno hay, pero son idiotas. Como Joaquín, por ejemplo: juega videojuegos, sí, pero es un tipejo insoportable. Un borde y un arrogante de mierda, jamás podría ser amigo suyo.
Es insoportable, de verdad. Tener algo que te gusta y que nadie te entienda o que te miren como si estuvieses loco. Javier es el único que no me mira así, por eso es con quien más me junto en clase, pero claro, no tiene ni idea de estas cosas. Me escucha, sí, pero cuando hablo de lo que me gusta, todo se convierte en un monólogo, ¡es aburridísimo! Si al menos intentase jugar… pero a Javier le gustan otras cosas.
En Internet me entienden. Mis amigos de verdad están ahí, cada uno en una punta del país, pero están. Por eso la vida real me da igual, no me importa no tener amigos o sentirme solo, les tengo a ellos.
No. A quién quiero engañar. Me siento solo, no puedo engañarme. Está muy bien tener a alguien a través de una pantalla, pero hay noches en las que termino llorando, deseando encontrar a alguien así en mi vida y poder compartir mi pasión con gente que me entienda.
Solo.
Completamente solo.
Ojalá alguien me saque de ese lugar tan oscuro.