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Leo Arenas Cortés

Leo es uno de los chicos nuevos este año. Es bastante popular no solo en su clase, si no en todo el instituto. Simpático y con una sonrisa amable se gana a cualquiera en pocos segundos. 

Ficha de alumno

Nombre: Leonardo

Apellidos: Arenas Cortés

Año de ingreso en el centro: 2018

Edad: 15

Fecha de nacimiento: 11/07/03

Nombre del padre: Federico Arenas Díaz
 

Profesión: Repartidor
 

Nombre de la madre: Mª Luisa Cortés Comuñas
 

Profesión: Limpiadora
 

Número de hermanos: Un hermano mayor llamado Pablo
 

Otros miembros del hogar familiar: Una gata llamada Leia

Datos médicos y/o psicológicos: Tuvo cáncer cuando era un niño, pero por suerte se recuperó completamente, sin rastro de la enfermedad.

Observaciones: Le gusta leer libros y cómics de cualquier tipo. También le gusta mucho ver vídeos de YT (sigue a varios youtubers famosos) y salir a jugar al parque.

Su padre suele hacer escalada y a él le gustaría hacerla, pero es muy sobre protector. Por eso le dio todo lo que lleva a la excursión, "por si acaso".

Historia

Mi primer recuerdo es ver a una niña sonriendo por recibir un oso de peluche gigante. No recuerdo su nombre, ni siquiera si nos llevábamos bien, pero verla sonreír debió marcarme. Probablemente porque al igual que yo, esa niña se encontraba en la sala de juegos del hospital, en la zona infantil de oncología. Casi no recuerdo nada de esa época, pero hay ciertas cosas que siguen despertando en mí agobio, miedo y a veces, nostalgia. Por ejemplo, las paredes blancas me generan una especie de claustrofobia, una sensación molesta en el pecho que tampoco sabría si denominar agobio o ansiedad. Y sin embargo, las tostadas recién hechas del comedor del hospital me recuerdan a los pocos momentos de tranquilidad que viví allí.

                El día en el que me dieron el alta, diciéndome que me había curado, fue probablemente el más feliz de mi vida. Por fin podría ir al colegio y sobre todo, dormiría en mi cama. Oh, creo que nunca olvidaré esa sensación de paz y felicidad al tumbarme en mi colchón sin escuchar pitidos de máquinas o cómo mi compañero de habitación se revuelve o llora cada noche.

Desde entonces me propuse disfrutar de la vida, no preocuparme por las cosas malas que puedan ocurrir. Sí, claro, mi mayor miedo es recaer, pero procuro que no me afecte en mi día a día. No tiene por qué pasar, ¿verdad? Entonces, ¿por qué darle más importancia de la que se merece? Aprendí a disfrutar de lo que tengo y no me da vergüenza admitir que disfruto de la compañía de mi familia o de su a veces excesiva preocupación. Yo he sufrido, pero ellos también lo han hecho, así que qué menos que demostrar mi amor dejando que se preocupen.

¿La verdad? Soy feliz. Adoro salir a jugar al fútbol con Enrique y disfruto de cada libro, de cada vídeo que sube mi youtuber favorito. ¡Me gusta vivir! ¿Qué le voy a hacer? Aunque a veces las cosas no salgan bien o lleguen malas noticias, para mí tiene mucho más peso aquello que me hace sentir bien. Enrique dice que es precisamente esa manera de pensar la que me hace tan popular, pero la verdad, no creo serlo tanto. Hay mucha gente más talentosa, divertida y amable que yo. Lo único que tengo es que me gusta sonreír y abrazo a la vida como el regalo que para mí, sin duda, es.

© 2023 by Gini-Gini
Los nombres y lugares son inventados. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
No recomendada a menores de 15 años.

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